Surcos de suela

Hoy los tormentos
del eco no me han
dejado caminar
tranquilo, paso a
paso, el zumbido
detiene el taco
mal clavado, ¿qué
paso en esta ruta?
ni yo se bien
porque las piedras
son cerámicas, y las
pisadas simples
suspiros de antaño.

Algo es claro, hoy
la suela es un
fantasma de mil
fiestas pasadas.

Noche de juerga

Pulsan en el carro
los olores a cadáveres
que envuelven aún el aire.
Esta tarde las cenizas
vienen todas con apellidos,
ninguno de ellos ilustre.

La calle se tiñó de angustias
Y mil lloronas hicieron
Que el grillo callara,
todo parecía fiesta,
ni el toro de lid fue
necesario, sólo basto
un pie y un acelerador.

No es desenfado, es
simplemente una noche más
(eso repitieron todos al salir)

Con lo que se pueda

Darle a la poesía,
enchulando el alma,
vociferando palabras
y mal rimas, que
en oídos obtusos
suenan a canción AM,
esa es mi meta.

Romper el verbo y
sacarle las amarras a
todo por medio de
las letras, que el
desconocimiento
sea parte de la frase.

Darle a la poesía
con todo, incluso
con el estribo, esa
es mi meta.

Anymore

I use to take
winter holydays,
but I don’t anymore.

Muchas cosas quedan
entre los recuerdos,
se desgranan las naranjas
del árbol materno,
y así y todo el
maldito tiempo corre
sin querer pararse,
ni siquiera por las
cáscaras que ya están
bajo la mesa.

Desgastamos las
sílabas, para no decir
basta, pero entre las
grietas del esmalte
se salen una a una
las letras de un
hasta luego.

La fruta podrida
es banquete
de ratas, la palabra
no dicha es cuna
de los silencios
no dichos.