lunes, enero 10, 2005

Musa oriental

Ella estaba de pie frente
a ese hombre armado,
de sentir, de gozo, Ella
nunca pensó que él
podía ser más de lo que veía,
Ella hoy comprende que
todo estaba en sus manos,
y que por entre ellas,
suspirando se ha ido, el hilo
de voz que le susurraba a
los ojos.

Ella comienza a ver sus manos
correr en el papel, él sabe
que sus ojos le leerán todo,
pero sin duda Ella siente
el vacío, de manos y labios
de alma pura.

Él ya comienza a tener sueño,
pero no de dormir, sino de mil
ilusiones que sólo viven en Ella,
nada más ni menos que un
parpadeo, en eso esta la vida,
en un instante, en un guiño de
vida; pero Ella sabra ser feliz
con el silencio y la Luna....
Él tendrá garra hasta ese
mañana, por qué en el las manos
de dedos delgados estarán esperando.
Cual musa oriental...

Valpo, 10 de enero de 2005.