lunes, mayo 09, 2005

Foto

Como recorriendo un pasado ajeno
los pies se elevan ante el suelo,
nada es fácil si el bolsillo lleva su foto,
nada es fácil si la voz se arruga con
las primeras letras de su nombre, pero
al fin de que hablamos si siempre estuvo.

Pudo estar acá o allá pero de alguna
forma especial su eco se vio desgastado
entre el tronar de mil corazones, sus mil
rostros se hicieron uno sólo, hoy lo que
queda no son más que grietas en una
imagen en blanco y negro.

El pasado nos cala entre los dientes, cada
vez que sacamos la foto del velador, y ahí
radica el encanto de beber del sudor del alma,
nadie ni nada nos puede detener ahora,
solos, sin sombras ni ecos, sólo con la huella
de un rostro.

El espejo nos conversa más que nunca hoy.

(ante una imagén de mil pasados)