lunes, abril 25, 2005

Dolor

Las cosas se van sucediendo en cascada, ahora me toca resignarme a peder de vista a mi abuelo, y con eso me toca reconstruir nuevamente mi propio escenario, no digo que al resto de la familia esta situación no le haya sido difícil, por cierto que lo es, pero sinceramente en estas líneas queda mi sensación de desnudo, por que siento esto, por el simple hecho de cubrir un mundo de ideas, sueños y ideales a base de todo lo que fue transmitido por este señor de pelo blanco. Alejandro es mi nombre y el mismo que llevaba mi abuelo, con esto obviamente me dieron la clásica lectura de seguir el ancestro, pero además me hicieron un favor ser parte de una cadena de nombres iguales no es menor, en algún momento (generalmente los almuerzos de día domingo) llegamos a ser cuatro; mi abuelo, mi padre, mi hijo y yo, como si a este largo país no le fuera suficiente con un Alejandro Turis. Pero ya paso eso, hoy el desconsuelo es una muestra de pena y por otra parte de alivio, alivio por qué se que ya no sufre y que este donde este nos verá con su sonrisa y su cigarro entre los dedos (seguramente en algún bolsillo algún dulce esconderá). Hoy ya la radio a pilas no suena en su pieza, hoy la revista de hípica no es ojeada, y mucho menos hoy ya no leerás los obituarios, por qué ese 19 de abril tu estuviste grabado en la tinta con una marca y una cruz.
Por nada de mundo te dejare de tener presente, por qué hoy más que nunca estas vivo, vives en tres hombres, pero por sobre todo vives en toda la gente que tuvo la suerte de conocerte y aprender algo de ti.
(Nos vemos viejito lindo)
Un regreso más doloroso de lo que llegue a pensar. (25/04/05)

1 Comments:

Blogger Anaita said...

una oracion para tu abuelo
y un abrazo para ti.

10:00 a. m.  

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