Pereza
Entretejo escaleras en mis palabras
y con ello sacrificio
los descansos pestañados de
ayer. Por una vez, el brinco
es más alto que mis propios
respiros.
Abajo el agua salada espera
la zambullida dominical,
y en rezo eterno mis pies
se clavan a la tierra.
Hoy no hay ganas de seguir
saltando.
y con ello sacrificio
los descansos pestañados de
ayer. Por una vez, el brinco
es más alto que mis propios
respiros.
Abajo el agua salada espera
la zambullida dominical,
y en rezo eterno mis pies
se clavan a la tierra.
Hoy no hay ganas de seguir
saltando.
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