domingo, octubre 01, 2006

Pereza

Entretejo escaleras en mis palabras
y con ello sacrificio
los descansos pestañados de
ayer. Por una vez, el brinco
es más alto que mis propios
respiros.

Abajo el agua salada espera
la zambullida dominical,
y en rezo eterno mis pies
se clavan a la tierra.

Hoy no hay ganas de seguir
saltando.