martes, julio 26, 2005

¿Fantasía o realidad?

En ocasiones el alma nos puede jugar malas pasadas, si por que ella opera con total autonomía de las llamadas decisiones racionales, se arma de su propia historia y corre con colores propios, e incluso puede hacernos creer en espejismos, o algo parecido, pero ¿como podemos obviarla?, difícil tarea, por cuanto la emoción de crear escenarios es parte de su gracia. Con el tiempo uno llega a valorar ese choque constante entre lo real y lo ficticio, claro esta que nada en exceso es bueno, y de ahí que la mejor receta siempre será creer en uno mismo, y luego de ahí proyectar escenarios y mundos, en los cuales uno se situara dependiendo de la ocasión, sí por qué no sólo el habito hace al monje.

Hoy recordaba la historia del Barón Rampante de Italino Calvino, la trama es simple pero tiene mucho que ver con el párrafo anterior, esa obsesión por desconectarnos y creer que podemos llegar a crear una visión mejor de nuestra propia vida (a la distancia), pero en estricto rigor sólo nos hacemos una ilusión, por que algo es claro no basta con tragar la realidad, sino que debemos digerirla y entusiasmarla con destellos de fantasía, pero sabiendo que abajo estará siempre esperándonos la señorita verdad...

(sobre lecturas y traspiés)